jueves, 10 de octubre de 2013

CUEVAS OSCURAS, HÚMEDAS Y GRANDES

El domingo me lo pasé muy bien. Estuve con mis amigos Daniel, Roberto... y otros niños montañeros de excursión (Yoël no pudo venir).
Hablamos todo el día del Minecraft... pero además de eso, os tenía que contar que fuimos con linternas y frontales a dos cuevas, y que en ellas vimos murciélagos.
Las cuevas eran oscuras, grandes y húmedas. Tenían estalactitas y estalagmitas, cortinas, minerales, unas cosas cuadradas con un nombre extraño... y, ya os digo, muchos murciélagos. Casi "un millón"... vamos, que quiero decir que había muchos. Además de una salamanquesa.
La primera de las cuevas estaba cerrada con un candado, porque los murciélagos están protegidos y son animales salvajes y muy sensibles... Los vimos revolotear de lejos, ya que no nos acercamos más hasta la sala donde estaban viviendo para así no molestarlos. Guardamos silencio y todos apagamos los frontales. Un guarda forestal los iluminó unos segundos para que los viésemos. Impresionante.
La segunda cueva era más grande, con rocas, pero tenía menos murciélagos. Yo fotografié uno de herradura. Fuimos ya por la tarde, después de comer.
También estuvimos en la entrada de otra tercera cueva, pero no pudimos adentrarnos porque hay que salvar un precipicio de diez metros.
En esta excursión por el campo nos encontramos un pájaro herido, un jilguero que estaba muy mal. No podía volar, y unos niños se lo llevaron a casa para cuidarlo porque su madre es veterinaria.
También ese día conocí a Carlos Enríquez, que yo lo conocía de antes porque tengo unos libros suyos de pájaros de los humedales y de las estepas. Él dibuja muy bien, y tiene un halcón superbonito, un hurón y una lechuza -que me dejó cogerla en la mano poniéndome un guante-. Me daba besitos y era muy blanca.

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